11ª Caminata por Entresierras «Los Tesoros de Quilama»

11/11/2012 esther CaminatasSenderismo

«La sierra de Quilama nunca  ha dejado indiferente a nadie, son tantos los moradores que han desfilado y se han asentado en ella que junto a la inmensidad del paisaje, han dado lugar a multitud de anécdotas, leyendas, historias junto al fuego…

No cabe ninguna duda que  la cantidad de tinta, de hallazgos, de restos, de antiguos vestigios esparcidos por estas montañas, nos hace pensar que estamos ante un lugar muy especial y muy concurrido a lo largo de la historia.

Por otra parte la morfología del terreno nos indica que los movimientos y los cambios han sido bruscos y violentos, dando lugar a esas piedras hincadas, esos picos, desfiladeros, cuevas, arroyos, esas piedras que respiran… la montaña pelada, salvaje con su pobre y áspera vegetación.

Siempre me ha sorprendido que nuestros antepasados eligieran un lugar como este, tan árido y grandioso para vivir. Sobre todo teniendo en cuenta que muy cerca tenemos otras tierras más benévolas y generosas.

De cualquier manera los que por aquí pasaron nos hacen sentir un poco más pequeños. Fueron capaces de sacarle el jugo a una naturaleza tan mísera, que solamente a base de un trabajo sobrehumano y tesón lograban garantizar la supervivencia. Así producían el lino, las famosas patatas, expertos cazadores, caleros, pastores, molineros… Dicen que en Quilama y en los pueblos de su falda no había ni ricos ni pobres, sólo pobres y más pobres.

Sin embargo si viviera eternamente, allí donde nace el Quilama, allí me gustaría vivir.»

En esta edición otoñal de nuestras caminatas nos desplazamos hasta la Sierra de las Quilamas. Nos encontramos en el Parque Temático «La Charca» de Navarredonda de la Rinconada a las 9:30 h. para realizar el control de inscripciones y tomar una pinta de aguardiente con una perrunilla.

Tras hacer las presentaciones y escuchar las recomendaciones pertinentes iniciamos el paseo. Salimos del pueblo por una pista ancha y con buen firme envueltos en una niebla que se empeñó en acompañarnos en la primera parte del ascenso.

La primera actividad fue la pequeña representación teatral, en la que la señora Eustaquia y su huésped nos hicieron reir sus ocurrencias.

Continuamos el paseo conociendo algunas curiosidades de la historia de Navarredonda hasta llegar a los antiguos hornos de cal, en concreto el de Peña Venero, donde conocimos el oficio de los caleros, muy importante durante muchos años en esta zona.

La niebla empezó a disiparse permitiéndonos descubrir el valle de Quilamas. Desde este punto abandonamos el camino para realizar el último tramo de subida, campo a través, hasta el pico de la cueva de Quilama. Aunque no pudimos bajar hasta la entrada de la gruta porque el terreno estaba muy resbaladizo y era peligroso, desde la magnífica atalaya que supone este pico pudimos descubrir los auténticos tesoros que guarda la Reina Quilama y conocimos algunas leyendas relacionadas con ella. Aquí también nos encontramos con la actividad tradicional de esta marcha en la que aprendimos cómo se hacían antiguamente las cuerdas necesarias para las labores del campo y los cordones y lazos para los adornos de la ropa y el peinado.

Empezamos el descenso hacia el pueblo por una vereda entre brezos que nos lleva hasta una pista por la que nos internamos en un precioso robledal. Después de hacer hambre con el paseo, repusimos fuerzas con panceta y chorizo a la brasa, queso fresco de cabra y patatas asadas en la lumbre.

Reanudamos la marcha para llegar a la fuente de los Pisones, impresionante nacedero del arroyo de los molinos, en dónde conocimos otra de las antiguas formas de sustento de los habitantes de esta zona: los cultivos tradicionales. Seguimos por otra vereda entre robles y castaños hasta las ruinas del conjunto de molinos harineros y volvimos al pueblo por el camino de las huertas.

Dependiendo de la opción elegida, algunos participantes se despidieron de nosotros en Navarredonda y otros concluimos la jornada con una comida de confraternidad en el Bar de Arriba de Escurial de la Sierra. Aunque la mañana empezó con niebla y frío, algo que nos dejó unas imágenes de escarcha en los árboles y en las plantas espectaculares según se iba levantando, el sol que acabó brillando y el buen ambiente entre los caminantes hicieron que fuera un gran día.

En unos días pondremos una selección de fotos, os pedimos un poquitín de paciencia.

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