10ª Caminata por Entresierras «Viejos Castillos, Aires Nuevos»

13/05/2012 esther CaminatasSenderismo

Subiendo a los restos del Castillo de Santa Cruz, enseguida percibimos que se trata de un sitio especial. Un lugar que nos transmite  infinidad de sensaciones, que conocemos muy bien  pero que al mismo tiempo nos resulta difíciles de definir, y por eso, para salir del paso recurrimos a los nombres de siempre: el encanto, las vibraciones, la magia y hasta la espiritualidad… El caso es que el sitio no nos deja indiferentes, la naturaleza enseguida nos acoge y miles de ojos de los antiguos moradores vigilan curiosos nuestra ascensión.

Aquí nada es igual, acabamos de penetrar en un mundo de contrastes: subiendo a nuestra izquierda el robledal, a nuestra derecha el encinar. Más abajo a unos cuantos metros de aquí a la izquierda el nacimiento del Alhándiga (cuenca del Duero), a nuestra derecha el Alagón (cuenca del Tajo). A nuestra izquierda el Campo Charro a nuestra derecha las sierras.

Dicen los lugareños que: “¿Qué tendrán estos sierros que pueden hasta con el tiempo?” Y así es: cuando llueve en Salamanca es difícil que lo haga en Endrinal, y al revés.

Con lo que no han podido estas montañas es con el paso de los tiempos, pero así podemos disfrutar en lo alto de un viejo castillo, acompañado de nuevos gigantes; que aunque en un principio nos pudieran parecer un poco fuera de lugar, hoy ya los consideramos de la familia.

En esta ocasión nos hemos encontrado a las 9:30 h. en el Molino de Frades de la Sierra. Mientras tomamos un chupito de aguardiente y unas pastas de la zona se realizó el control de inscripciones y la entrega del regalo conmemorativo.

Después de visitar el molino iniciamos el paseo cruzando el pueblo para seguir paseando por la dehesa entre encinas y robles, observando la fauna y flora autóctonas. En esta zona encontramos los dos primeros fragmentos del poema «El embargo» de Gabriel y Galán, poeta nacido en Frades. Llegamos a las ruinas del castillo de Santa Cruz, punto más elevado del recorrido, desde el que pudimos avistar las llanuras que se acercan a la ciudad de Salamanca por un lado y por el otro las estribaciones de las sierras que circundan el sur de la provincia. En la zona de la muralla repusimos fuerzas con el bocadillo, un asado de panceta y chorizo, para emprender la segunda parte de la caminata.

Al pasar por el pueblo de Navagallega nos encontramos con el oficio tradicional de esta ocasión: los silleteros. Tere y Manolo nos enseñaron cómo se echa el asiento a las sillas con cuerda y con espadaña. Seguimos camino para adentrarnos en la Sierra de Herreros donde tuvo lugar la representación teatral antes de subir hasta el Parque Eólico de la Dueña. El siguiente punto de interés en este recorrido fueron las Fuentes del Alagón, allí nos pudimos sentar a la sombra de las encimas para atender a la explicación de los métodos y útiles que antaño se utilizaban para la caza de supervivencia (ahora furtiva). Dimos por concluido el paseo visitando la Casa Museo de Gabriel y Galán. y después nos desplazamos el Mesón El Capi de Endrinal para la comida de convivencia que puso el broche final a esta jornada de buen tiempo y mejor compañía.

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